lunes

salvavidas


Se terminaron las vacaciones veraniegas, ese pequeño rescoldo de felicidad y libertad, esa ventanita que se abre dentro de este absurdo, que duro volver de nuevo a la oficina porque nada ha cambiado, seguimos siendo la misma mierda proletaria que lucha por no morir mientras almacena el dinerito que la sociedad estipula que está OK según su rango. Pero ha habido cosas grandiosas. Del final al principio: Luis y Yolanda, Kayin y Anna, Ale y Giselle, Antonio y Margarita. Por todo lo que me aportan para ellos y ellas va el poema de hoy. Muchas gracias!

La foto de hoy es de Londres, siempre hay varios caminos que tomar.

SALVAVIDAS

Déjame tu espalda
quiero componer mi último salmo,
usarla de salvavidas por si acaso mañana
estamos muertos.
Y deberíamos someternos de nuevo
bajo el yugo del sudor y el hambre,
cantar juntos maullando a la luna que quede
cuando amanezca, desprotegernos
y buscarnos el cuerpo el uno al otro
hasta dejar de lado el respirar,
ordenar esos botes de la cocina
y mordernos el interior del alma.
Redimirnos por si acaso
ya sabes por el miedo y esas cosas,
es posible que todo caiga
igual que todos los imperios,
sin embargo y a pesar de todo
confía: es cierto que al final
siempre aparece alguien que te salva la vida.


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2 comentarios:

Isabel Huete dijo...

Pues aunque te fastidie, ¡bienvenido!
Yo llevo todo agosto currando... la mar de bien, casi sola, sin apenas trabajo, sin jefe... ¡Una gozada! :)

Un poema grande, grande.

Besazos, koali.

Ediciones del 4 de Agosto dijo...

Bienvenido al ámbar de los días.